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La marihuana o cannabis es una planta que ha sido empleada desde tiempos inmemoriales como fuente de fibras, alimento, medicina y también como recreativa. Hoy, por ejemplo, es una planta sumamente útil para que los pacientes de cáncer puedan hacer la quimioterapia más llevadera. También para muchos es fuente de relajación y un recurso para impulsar su creatividad.

Así que si estás interesado en esta valiosa planta, es importante que conozcas sus principales variedades, cómo distinguirlas, su adecuación al cultivo y sus distintos efectos al consumirlas. En este sentido te comento que, aunque no se ha llegado a un consenso en la comunidad botánica respecto a la clasificación de los tipos de marihuana, es claro que hay al menos dos tipos distintos de esta planta, llamados comúnmente sativa e índica.

Algunos las consideren dos especies diferentes, con los nombres de Cannabis sativa y Cannabis indica, otros solo reconocen a la primera de estas especies, incluyendo a la segunda como subespecie o como variedad, y en este último caso se habla de Cannabis sativa var. sativa y Cannabis sativa var. indica.

Lo cierto es que son dos tipos de plantas con diferencias claramente definidas. Así que, para ayudarte a conocerlas y aprovecharlas mejor, a continuación te doy la información relevante en torno a las diferencias entre indica y sativa.

Diferencias de origen entre indica y sativa

La especie como tal se originó con gran probabilidad en Asia Central y a partir de ahí se diversificó enormemente debido a que el ser humano la dispersó y cultivó debido a sus múltiples usos. Es así como surgen las dos variedades de cannabis que hoy conocemos.

Por un lado, la indica es la cannabis que surgió adaptada a las condiciones propias de las altas montañas de Asia Central y del subcontinente Indio, incluyendo Pakistán, Afganistán, India, Tíbet y Nepal. Siendo entonces una planta que resiste bajas temperaturas y en general climas extremos, lo cual determina un menor desarrollo y mayor precocidad de floración.

En cambio, lo que se conoce como sativa, son aquellas plantas que se adaptaron posteriormente a zonas más bajas de clima subtropical y tropical. Por tanto, resistentes a temperaturas más altas, mayor cantidad de horas de radiación solar y mayor provisión de agua, lo que generó plantas con mayor desarrollo.

La sativa se adaptó a una amplia variedad de regiones subtropicales y tropicales, tanto en Asia, Europa, África, América y Australia. Se desarrolló especialmente bien en lugares de Asia, como el sur de la India y Tailandia, al igual que regiones americanas como Jamaica y México. Esta adaptación a condiciones ambientales distintas fue generando diferencias entre ambos tipos de marihuana.

Qué diferencias físicas hay entre sativa e indica

Al adaptarse a condiciones tropicales, la sativa se desarrolló como una planta que alcanza mayor desarrollo, creciendo más en altura, aunque menos ramificada y por tanto con aspecto menos frondoso, con entrenudos más distanciados, hojas delgadas de hojuelas largas, estrechas y de color verde claro.

Sus cogollos, repartidos a lo largo de las ramas, son más grandes, pero menos densos que en el caso de indica. Por lo que al secarse, pese a tener más resina en fresco, su peso es menor. Además, sus frutos, llamados aquenios, son menos pigmentados que los de indica.

En contra parte, la indica es una planta que evolucionó adaptada a la alta montaña, así que su porte es más bajo, más ramificado y frondoso, con entrenudos más cortos, con hojas más cortas, gruesas y de hojuelas más anchas, así como cogollos más pequeños en racimos y más densos en comparación con sativa. Sus hojas son de color verde intenso, por un mayor contenido de clorofila.

Mientras que sus aquenios o frutos muestran una pigmentación manchada, como de camuflaje. Por otra parte el aroma que desprenden sus cogollos tiende a ser algo más intenso que el olor de la sativa.

Qué diferencias hay de tamaño entre sativa e indica

Un aspecto al que debes prestarle especial atención es el de las diferencias de tamaño entre sativa e indica, ya que esto es un factor a tener en cuenta si deseas cultivar cualquiera de estas variedades. Tomando en cuenta que para cultivo en interiores requieres plantas de bajo porte, en tanto que plantas muy altas es conveniente cultivarlas en exteriores, en campo.

En este sentido, cada variedad tiene unas dimensiones y forma de crecimiento, producto de haber evolucionado en determinadas condiciones. Así, la sativa, que se desarrolló en zonas tropicales, tiende a tener una mayor altura, llegando a alcanzar entre 3 y 5 metros aproximadamente. Por otra parte, su forma de crecimiento es menos densa, con menos ramificaciones y además sigue creciendo una vez iniciado el proceso de floración, de hecho, duplica o triplica su tamaño en este período.

Mientras que la variedad indica, siendo plantas que originalmente surgieron en zonas de alta montaña, tienden a ser de porte bajo, alcanzando menos de 2 metros de altura. Además, su forma de crecimiento es más densa, con mayor número de ramas, y su crecimiento se detiene en la fase de floración o se hace más lento, alcanzando en el mejor de los casos un incremento equivalente a la mitad o el doble de lo logrado en la fase vegetativa previa.

Como puedes ver, dadas estas características de altura y desarrollo, la más indicada para cultivo en interiores es la indica, mientras que la sativa son buenas para la producción al aire libre o en invernaderos amplios.

Diferencia de tiempo de floración entre indica y sativa

Otro aspecto importante que incide en la productividad y también en los requerimientos de cultivo, es el tiempo que tarda cada variedad en llegar a la fase de floración, que es la meta deseada en términos productivos. Esta característica es también producto de sus condiciones de evolución.

En relación con esto, la variedad que tiende a ser más precoz es la indica, la cual alcanza la floración entre 45 y 65 días a partir de su germinación, plazo a partir del cual comienza un período de floración de 6 a 8 semanas para que las flores maduren. Esto es debido a que en el ambiente de alta montaña templada en que evolucionó, era habitual contar con períodos más cortos de buena luz y temperatura. Sin duda esta precocidad la refuerza su idoneidad para el cultivo en interiores.

Por su parte, la  variedad sativa cumple su ciclo de desarrollo en alrededor de 70 a 105 días y su fase de floración es extenso, unas 14 semanas. En este caso, ten en cuenta que la sativa evolucionó en condiciones tropicales con temperaturas adecuadas y suficiente luz casi todo el año. Además, tienen una amplia producción de cogollos grandes, aunque al ser menos densos, su peso seco es menor.

¿Los efectos de la indica y la sativa son los mismos?

Aunque la Cannabis sativa, especialmente su variedad sativa, ha sido utilizada como planta textil y en este caso se le llama cáñamo, el interés principal de estas plantas radica en su contenido de los compuestos denominados canabinoides. De estos compuestos hay más de 70 tipos, pero los más destacados son los denominados THC (Delta 9 tetrathidrocannabinol) y CBD (Cannabidiol), cada uno de los cuales tienen distintos efectos en el ser humano.

Son muchas las investigaciones que se han realizado sobre los efectos y utilidad de estos compuestos, y aunque el más destacado es el efecto psicotrópico, también se han documentado efectos farmacológicos que van desde su utilidad como anticonceptivo o antiepiléptico, pasando por efectos cardiovasculares, inmunosupresores y de estimulante del apetito, hasta antimicrobiano, antiinflamatorio y neuroprotector. Además de su utilidad psiquiátrica en casos de depresión, ansiedad y desórdenes del sueño.

El THC

El THC se concentra principalmente en las secreciones resinosas de los tricomas o pelos de las inflorescencias femeninas no fertilizadas. Este compuesto es el elemento psicoactivo de la planta y te afectará en diversas formas, siendo el causante de los llamados “subidones” al consumir la marihuana. Pero los efectos van desde causar euforia o también tristeza, pasando por aumento de la creatividad, relajación, alteración de la percepción del tiempo, hasta psicosis, ansiedad o alucinaciones.

Todo depende de la dosis y de su interacción con cada el organismo de cada persona. Este es el compuesto que aporta el efecto analgésico, neuroprotector y anticonvulsionante, entre otros de interés medicinal.

El CBD

En tanto que el CBD tiene cierto efecto ansiolítico, es decir, disminuye la sensación de ansiedad generada por el THC, además de ser antipsicótico. Por tanto, el CBD tiene la propiedad de balancear alguno de los efectos del THC, generando lo que algunos denominan el “colocón”, en contraposición al “subidón” producido cuando predomina el THC.

Al no tener efectos psicotrópicos, se le sintetiza para uso medicinal en casos de epilepsia, náuseas, ansiedad, diabetes e incluso artritis. De igual forma, sus efectos antinflamatorios son mayores que los del THC y sin sus consecuencias psicóticas. En este sentido, será la proporción de THC y CBD en una determinada variedad lo que determine sus efectos globales al consumo.

La variedad sativa

Ahora bien, la variedad sativa tiende a tener mayor contenido de THC en proporción al contenido de CBD, especialmente las originarias de Tailandia, México y Colombia, por lo que sus efectos psicoactivos son mayores, causando el llamado “subidón”, con aumento de la energía, euforia, la percepción sensorial y la creatividad. Ese tipo de efecto que te pone a reírte de tu amigo porque su cara se te asemeja a un terrier o a un chihuahua.

La variedad indica

Mientras que la variedad indica tiende a tener una cantidad más elevada de CBD, lo que al balancear los efectos del THC, produce un efecto más de relajación, tanto mental como física, o de dopaje. Altera los sentidos, e incluso, en dosis altas producen sopor. Así que, depende del efecto que estés buscando elegirás la variedad indica o la sativa.